16 de octubre de 2009

Melancolía

Melancolía
1. f. Tristeza vaga, profunda, sosegada y permanente, nacida de causas físicas o morales, que hace que no encuentre quien la padece gusto ni diversión en nada.

Reí. Bonita definición pensé rápidamente mientras buscaba otra palabra en el grueso diccionario.

Amor
1. m. Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.

Volví a reír, con más fuerza. -- Insuficiencia... -- pensé.
Tiré con rabia el diccionario hacía el otro extremo de la habitación y estiré mis piernas al tiempo que me reclinaba en el sillón.

-- Así que eso es lo que soy, alguien insuficiente, profunda y sosegadamente triste, que no encuentra gusto ni diversión en nada... -- rompí en llantos

Por mi cabeza pasaron infinidad de recuerdos, de ella, de mis amigos, de todo lo que constituía mi vida. Más nada quedaba ya.
Quienes no se habían marchado, ya no me agradaba que me acompañaran.

Algo se había llevado mi alma, mi corazón y mi vida, dejándome tan sólo cómo un cascarón vacío, alma en pena vagabunda en este mundo, en el fondo de un abismo sin escaleras ni escalas, en una oscuridad en la que no quería aferrarme a las manos amigas que intentaban atravesarla.

No era feliz, pero deseaba quedarme en esa oscuridad para siempre.

Y eso es lo que estaba consiguiendo.

Miré el reloj de la mesilla, las 2 de la madrugada. Escudriñé el silencio pero no oía nada, solamente el tímido y apagado latir de mi difunto corazón.

No recordaba hacía cuanto tiempo que no probaba bocado, pues la comida me sabía a arena, y lo que menos ganas tenía después de vagar como un alma en pena por el trabajo, era consumir arena.

Cada vez iba más lento, cada vez retumbaba menos en mis oídos, parecía que mi deseo, por fin se cumplía. Moría.

Deje que el sentimiento de ahogo llenara mis pulmones, la presión del pecho aplastándome, mientras cerraba los ojos cubiertos de lágrimas secas.

Moría, por fin, la oscuridad iba a tomarme como su eterna amante, para siempre.

Mi vida, mis recuerdos, el aire y el latido, fueron dejando paso a una sola cosa... la impasible y eterna oscuridad.