29 de noviembre de 2014

En ocasiones

En algunas ocasiones tendemos a pensar de menos de nosotros. Estamos inmersos en una sociedad que valora más un falso sentimiento de humildad que nuestras verdaderas capacidades. Pues, se equivoca, en realidad hemos de ser conscientes de nuestras capacidades exactas, porque solamente el conocimiento de nuestras limitaciones nos permite fijarnos nuevas y mejores metas. No se trata de caer en el orgullo o la pedantería, simplemente de vivir, en la realidad del yo.

Pero, ¿qué es el yo? Es quizás el término más difícil de definir de todos, tan personal, tan íntimo, que no sólo nadie podría decirnóslo, sino que incluso se escapa de nuestro autoconocimiento. A veces es más fácil saber qué no somos, o qué no debemos ser.

No debemos ser personas inferiores, cortadas por el límite de la mediocridad y la falsa igualdad. No debemos ser el apoyo incondicional de otras personas, que no se preocupan de nuestro estado de ánimo o necesidades, egoistamente mirando solo por sí mismas. Tampoco debemos ser esas personas egoístas. Debemos ser generosos con quien se lo merece, egoístas con quien se lo busca, amigos de nuestros amigos, enemigos de nuestros enemigos, pero sobre todo, debemos ser todo lo que podamos ser, con nuestro máximo potencial, y con nuestros errores.

¿Y a que viene todo esto? Viene a una amiga, que hoy cumple otro giro de su planeta natal alrededor de su estrella, que me ha pedido un escrito, aunque seguramente no se espera esto, no es más que lo que realmente necesita. Ultimamente anda algo perdida, alejada de su yo. Así que me tomo la libertad de guiarla un poco, enseñarle el camino de su autodescubrimiento, porque es mucho más de lo que le han hecho creer, está más allá de la mediocridad que le han enseñado.

Recuérdalo, siempre te lo digo, no solamente lo vales, sino que puedes hacértelo valer aún más. Y así espero que empieces tu giro, así espero que llegue el siguiente año, contigo buscando y alcanzando tus metas, sola o acompañada, como tu yo lo requiera, pues solamente ahí encontrarás la felicidad, que el autoengaño impuesto por la sociedad que te rodea te ha hecho pensar inexistente, imposible o inalcanzable.

Y tú ya sabes que hablo de ti.