Siento el filo del cuchillo,
deslizarse por mi piel,
separar las capas,
y abrir la herida.
El brillante y rojo líquido,
fluyendo suavemente,
por entre el filo de la hoja.
El dolor,
es intenso,
y desvanece otro.
Siento mi alma liberada,
y mi espíritu calmado,
con cada corte,
mi sufrimiento,
huye con mi sangre.
¿Por qué a veces aguantamos tanto?
Hace 5 años
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